Campaña Católica Unida
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Mi nombre es Felix Navarrete y, como muchos de ustedes, vine a Estados Unidos con el deseo de seguir caminando en la fe y sirviendo a la Iglesia. Hoy tengo el privilegio de servir como Coordinador Arquidiocesano del Ministerio Hispano para la Arquidiócesis de Indianápolis, pero ese camino no fue posible sin el apoyo que recibí a través de la Campaña de Católicos Unidos.
Esta campaña no es solo una colecta más. Es una expresión viva de la misión de Cristo: una misión de amor, esperanza y acompañamiento. Gracias a las donaciones que muchos de ustedes hacen cada año, programas como la pastoral juvenil, el Instituto Pastoral Intercultural y otros ministerios que sirven directamente a nuestra comunidad hispana han podido crecer y llegar a más familias necesitadas.
Yo mismo fui estudiante del Instituto Pastoral, y gracias a esa formación, hoy puedo servir a nuestra comunidad en un nivel más profundo. He visto de primera mano cómo sus contribuciones permiten que nuevos líderes se levanten, que jóvenes encuentren dirección y que familias inmigrantes sientan que la Iglesia es un verdadero refugio.
Por eso, hoy les invito, de corazón, a ser parte de esta misión. Cada donación, grande o pequeña, tiene un impacto. No se trata solo de dar, sino de decir “sí” al llamado de Dios para ser una Iglesia más fuerte, más unida, y más presente donde más se nos necesita.
Gracias por su fe, por su generosidad, y por ser parte de esta Iglesia que nos acoge como una madre amorosa.
Con gratitud en Cristo,
Felix Navarrete
Coordinador Arquidiocesano
Ministerio Hispano – Arquidiócesis de Indianápolis
Una cita de Arzobispo Chales C. Thompson
“Como Iglesia, nuestra misión no cambia: formar discípulos, acompañar a los necesitados y proclamar la esperanza del Evangelio. A través de la Campaña Católicos Unidos, cada uno de nosotros tiene la oportunidad de ser las manos y los pies de Cristo en nuestras comunidades. Su oración y generosidad son un testimonio de fe viva, y juntos, aseguramos un futuro lleno de esperanza para nuestra Iglesia.”
— Arzobispo Charles C. Thompson
El impacto de sus contribuciones
Cuidando a los sacerdotes activos y jubilados
Proporcionando educación, asistencia para matrícula y cuidado de los seminaristas
Brindando a los líderes de las escuelas católicas formación catequética y recursos de apoyo mientras modelan y enseñan la fe a los estudiantes
Formando líderes catequéticos y catequistas
Formando diáconos para servir a la Iglesia
Formando y acompañando a los jóvenes adultos que buscan la fe
Celebrando y afirmando la diversidad cultural en nuestra Iglesia
Defendiendo la sacralidad del matrimonio y la vida familiar, apoyando y fortaleciendo a las familias
Orientación y apoyo para el ministerio juvenil
Promoviendo la dignidad de la vida
Acogiendo e incluyendo a personas con discapacidades
Alimentando a los hambrientos y proporcionando refugio a los necesitados
Ofreciendo asesoramiento y servicios de salud mental asequibles para todas las edades
Alcanzando a inmigrantes, refugiados y asilados
Padre Todopoderoso,
por tu Hijo Jesucristo,
nos llamas a ir y anunciar:
a servir, a dar, a ser testigos de tu amor.
Fortalecidos por la Eucaristía,
envíanos con corazones dispuestos y generosos,
a levantar a los humildes,
a consolar a los que sufren,
a alimentar a los hambrientos,
a compartir tu verdad,
a ser luz en el mundo.
Que tu Espíritu guíe nuestros pasos,
al avanzar con fe y amor,
como un solo Cuerpo en Cristo,
para gloria de tu nombre.
Amén.
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